Tras el fin de la Guerra del Contestado en 1916, era necesario pagar tasas sobre las mercancías para pasar de una ciudad a otra. En este sitio, todavía por mucho tiempo, había una cancela demarcando claramente la división administrativa entre las provincias de Paraná y Santa Catarina. En la pequeña garita se quedaba un ferroviario que cuidaba del tráfico en el pasaje de las composiciones y auxiliaba los maquinistas en las maniobras realizadas en el inmenso pao existente en las dos ciudades. En la plaza, hay un marco de la divisa, donde es posible poner los pies, uno en Paraná y otro en Santa Catarina.